Para el Director General de Migraciones de España, la introducción del Voto Rogado fue «un apaño de partidos, no de país»

Durante su reciente visita a México, Aurelio Miras Portugal, Director General de Migraciones del Ministerio de Empleo (España) manifestó su total rechazo al Voto Rogado. Dijo que su introducción fue un “apaño de partidos, no del país” e incluso no dudó en calificar el actual sistema de sufragio para los españoles en el exterior de «vergüenza».

Al hilo de esta cuestión, Miras Portugal explicó que «se está analizando esta ley» [¿quién? ¿dónde? ¿cuándo?] aunque explicó que, su posible reforma, todavía tardará un tiempo en estar lista, ya que se está buscando una fórmula [¿entre quiénes?] que, además del voto en urna en los Consulados, prevea otras opciones [¿cuáles?]. En este sentido exhortó a que los españoles residentes en el exterior sigan «enviando sus propuestas» [¿a dónde? suponemos, pero solo suponemos, que a su Dirección General].

Dichas declaraciones deben ser cogidas con pinzas. De hecho, una vez demostrado el fracaso absoluto del sistema en cuestión (la abstención ha llegado a frisar, en el exterior, el 95%; sigue habiendo, constantemente, problemas legales, etc.), casi todos los responsables institucionales de la ciudadanía en el exterior (que suelen residir en España) están apuntándose al carro de la crítica feroz contra una ley que aprobaron, hace solamente año y medio, PP, PSOE y CiU al unísono.

Por aquél entonces, según los representantes de dichos partidos, las críticas eran exageradas porque, de lo que se trataba, era de evitar el fraude y de modernizar el sistema… Por no escuchar no escucharon, ni tan siquiera, a los representantes del Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior (máximo órgano, consultivo, de los españoles en el exterior). ¿Por qué ahora tendríamos que fiarnos de lo que Miras Portugal, que milita en el PP, asegura que «se está analizando»? O para explicarlo en términos más claros ¿con qué intenciones está siendo «analizando»? Hace poco, el Gobierno, también decía que no había reducido las ayudas «por razón de necesidad» (a los españoles en el exterior) y no era cierto…

En una democracia, el voto, es el derecho más básico, el más sagrado y la sola introducción de este sistema de sufragio es una negación permanente de nuestros derechos como ciudadanos. Lo único que nosotros esperamos es poder votar en las próximas elecciones, con todas las garantías pero, también, sin ninguna traba. ¿Qué menos?